lunes, 26 de octubre de 2009

500 días juntos



500 días juntos, de Marc Webb



La primera película del director de vídeos musicales Marc Webb es la sorpresa del cine independiente esta temporada. Sorpresa por su extraordinaria recaudación en taquilla y sorpresa también por el éxito obtenido entre los críticos.

Lo que cuenta no puede ser más sencillo. Ni siquiera recurre a las típicas situaciones de malentendidos y enredos de las comedias románticas, que sirven para llenar dos horas con algo que podría haberse contado en dos minutos. Al contrario, la historia de Tom y Summer es anodina de puro corriente, una historia que le habrá pasado o le pasará a cualquiera en algún momento de su vida.

Entonces, ¿por qué un simple “chico conoce a chica” ha concitado tantas simpatías y comentarios favorables? En mi opinión, la novedad de 500 días juntos es bajar el amor del pedestal y tratarlo como un aspecto más de la vida, algo que puede ser compartido o no serlo, que puede salir bien o mal sin necesidad de culpables o inocentes.

El tratamiento cinematográfico contribuye en todo momento a distanciarnos. Por si la ironía no fuese bastante, en cuanto empezamos a identificarnos con los personajes, Webb nos recuerda que estamos viendo una película, a base de escenas de videoclip, pantallas divididas en dos partes para diferenciar la realidad de las expectativas y revisiones de lo recordado, entre otros muchos recursos. La propia estructura de la narración va adelante y atrás como si se pulsasen las teclas de Review y Fast-forward.

En definitiva, una cinta muy original y divertida, con un fondo de pesimismo que pone en duda la comunicación y la percepción de los mensajes ajenos. Vale la pena.

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