Amazing grace

Amazing grace, de Michael Apted








Una estupenda película para comenzar el curso con buen pie e ir acostumbrando el paladar a esos platos más pesados que siempre nos ofrece el otoño. Se ha estrenado este viernes con escasa promoción, lo que no es de extrañar si tenemos en cuenta que llega a España con dos años de retraso.

Amazing grace es la biografía de un héroe planteada y realizada a la manera clásica, con todos los tópicos del género. Retrata la entrega y la lucha, la derrota y el triunfo, pero también las debilidades y las dudas. En este aspecto no puede decirse que sea muy original. Sin embargo, lo compensa con una factura casi perfecta, un guión memorable y unos actores espléndidos. Yo destacaría sobre todo a Rufus Sewell, que compite en carisma con el propio protagonista, y al entrañable Michael Gambon, en quien los aficionados a Harry Potter reconocerán a Albus Dumbledore.

Especialmente brillantes son las escenas del parlamento, con unos diálogos de una profundidad y agudeza que hacen inevitable la comparación con los pobres recursos de nuestros actuales diputados. Pensarán ustedes que esa comparación no es justa. Al fin y al cabo, se trata de una película. Yo pensé lo mismo. Por eso busqué en Internet alguna referencia a la realidad de la época y, entre otras cosas muy interesantes, encontré una joya de la oratoria: el discurso pronunciado por Emilio Castelar en 1870, pidiendo precisamente la abolición de la esclavitud en los territorios españoles. Pueden leerlo completo aquí.

Invita también Amazing grace a reflexionar sobre la vigencia de los valores de cada sociedad. Da vértigo pensar que hace solamente siglo y medio se estaba discutiendo en el parlamento si la compraventa de personas debía ser legal o no. No puedes evitar imaginarte la cara que pondrían esos señores con peluca si levantasen la cabeza y viesen un mestizo en la Casa Blanca. Y no puedes evitar sonreír. A lo mejor, con el tiempo, conseguimos abolir más cosas.